Gran día este de las madres, yo como
no-madre tengo que admitir que aún no sé cuan importante es.
También es cierto que de vez en cuando me visita el gusanillo de la
maternidad, yo le digo que es un mal momento, que estamos en crisis,
que si los mercados, que si el banco malo, que si las bolsas, que si
el PIB, que si la Merkel,... y el colega me deja con la palabra en la
boca y se va.
Pero recuerdo que cuando era pequeña
hice crecer una planta en un algodón. El proceso es parecido:
Poner la semilla dentro del algodón,
esperar. Esta se inflará, esperar un poco más. La funda que cubre
la semilla se parte para dar lugar al nacimiento de una pequeña
raíz. Cuidar tu pequeña raíz para que todo vaya según lo
esperado, protegerla, alimentarla y quererla. Esta crecerá poco a
poco dando lugar a un hermoso tallo con una florecilla en la cúspide.
Here we go: tener un hijo
Hace ya más de veinticinco años que
he dejado de estar entre esos algodones que me protegían, ese
organismo que desde su interior me alimentaba y me preparaba para
salir a conocer el mundo. Que decidió durante 9 largos meses
compartir su cuerpo con el mío, dejando claro que lo volvería a hacer
Ya sea por los 9 meses que me pasé ahí
dentro, o por el cordón umbilical que las madres crean en cada una
de las cabezas de sus mochuelos; sigo sintiendo ese calor, esa
sensación de protección y ese amor que cada día me hace decir eso de: Madre
no hay más que una.
Felicidades Mama. Pati
No hay comentarios:
Publicar un comentario